lunes, 8 de septiembre de 2008

Una palabra tuya


El segundo largo como directora de Angeles Gonzalez-Sinde, avalada por su prestigio como guionista y el de haber sido presidenta de la Academia, adapta en esta ocasión una novela de Elvira Lindo sobre el pequeño universo de dos barrenderas de la periferia de Madrid y sus desventuras como jóvenes trabajadoras solas unidas por necesidad. La película muestra por tanto un escenario urbano ligado a una de las dos corrientes habituales en el cine español, el drama costumbrista con ansias de cine social. Es sólo un contexto: la directora avanza en la relación entre las dos mujeres, antiguas compañeras de colegio que se encuentran cuando la amistad ha sido vaciada por el tiempo, una es una luchadora fría que debe ayudar a su madre senil, y la otra conserva una inocencia acusada por los traumas de la infancia. Tiene un buen arranque Una palabra tuya, por buscar la comedia en la relación entre dos mujeres incompatibles que se necesitan de pura soledad, pero le pierde un vuelco directo y sin marcha atrás hacia el melodrama, que hace explotar en el último y programado tercer acto el drama personal de estas dos mujeres, el secreto del pasado que justifica la hora y media de metraje anterior. Es quizá esta mal equilibrada conjunción de comedia y drama lo que quita credibilidad a una película que precisamente busca la comicidad de las situaciones patéticas y las pequeñas alegrías de lo cotidiano, precipitándose en la tragedia de una manera que Eric Zonca presentaba, de forma parecida, pero más coherente en "La vida soñada de los ángeles". El final (¿optimista?) resulta por tanto, un desliz voluntario de la directora por dejar al espectador a toda costa con un buen sabor de boca, como los artículos veraniegos de Elvira Lindo. Sin embargo, no parece previsible una hipotética evolución del contrapunto machista que encarna Antonio De la Torre como héroe de nuestro tiempo. Queda a pesar de su final Bridget Jones, una sensación agridulce sobre la convenciencia de estar mal acompañado antes que solo.